Trucos en su Primera Visita de Negocios

La primera clave es entender que hablamos de una cultura ancestral, pero muy diferente de la nuestra, y hay que entenderla para poder negociar con ellos. Mis sugerencias es mantener siempre en la mente cuatro puntos muy importantes: respeto primero, sentido común segundo, humildad tercero, y no perder nunca los nervios como cuarta premisa.
 
Pero como no, también hay otros trucos, más vistosos o chocantes, pero que al fin y al cabo son reflejo de lo anteriormente mencionado: sentarse de forma respetuosa, sin cruzar las piernas ni apuntar con el zapato hacia arriba, tomar la tarjeta de visita con ambas manos y revisarla y guardarla con respeto, pero cada vez menos el saludar efusivamente. Prohibido dar besos ni en la mejilla y sí dar la mano, pero tampoco utilizar el saludo “japonés” con tanta reverencia.

Entrega tarjetas de presentación.

Algo importante es saber que miran mucho el hotel en el que el cliente se aloje o el coche con el que llegue a la fábrica, pero siempre sin comentarlo o mostrar asombro. Su forma de negociar les lleva a no mostrar nunca sus sentimientos ni frustraciones, por lo que si pierdes los nervios, no querrá seguir negociando.

Un claro ejemplo de todo lo mencionado me ocurrió en un viaje a Nanhai (Cantón): en una reunión por la tarde el proveedor se negó a hacernos el pedido por nuestras cantidades que no le parecían interesantes, y tras enfadarme, mis socios chinos me pidieron seguir en la reunión y dejarles a ellos el mando.  La reunión seguía y yo no entendía el porque de tanta espera. Les invitamos a cenar en un restaurante, fuimos a un karaoke donde nos pusimos a  cantar canciones en chino, y tras ir a dormir, mis socios me dijeron que vendría el jefe a desayunar con nosotros al hotel.

Una vez comprobado nuestro hotel, durante el desayuno, el jefe de la fábrica confirmó que aceptaban nuestro pedido y se aceptó la negociación. Curioso no? El chino necesita atenciones y que la negociación tome su tiempo, no acepta las salidas de tono y las pérdidas de nervios, y tras comprobar que somos solventes con nuestro hotel, entonces acepta el pedido. Se ha realizado el ciclo completo de la negociación.

Pero hay que pensar que todo cambia, y la llegada del capitalismo les está desbordando, por lo que cada vez la competitividad y los “tiburones” con instinto europeo son mayores.